jueves, 3 de enero de 2013

Hola, vale.


Una de las pocas cosas que son un hecho inmutable e estable sobre mi personalidad es que soy muy malo en eso de escribir primero o esperar. Eso de ir “demasiado rápido” o “demasiado lento” nunca ha sido lo mio, me gustaría poder saltarme ese formalismo e ir directo a lo que me importa: hablar contigo y conocerte lo más que pueda. 
Hola, a ti que probablemente no estás leyendo esto.

2012 going on 2013


Nunca me ha gustado despedir los meses y años y juzgarlos como si fueran unas personas. Que si “Adiós, octubre; gracias por todo” o “2012 fuiste terrible, 2013 se mejor”; es demasiado cursi e irracional. Get yourself together y dense cuenta que el día, el mes y el año no tiene nada que ver.
Decir “Adiós 2012” no va a hacer que nada de lo que pasó este año cambie ni que las cosas que no tuvieron sentido de repente lo tengan. De hecho, seguramente cuando sea un viejo el tiempo será difuso y no lograré ubicar este año en mi memoria, eso se verá después. Por ahora, solo quiero ver en retrospectiva de lo que sucedió en los últimos 366 días (bisiesto) y resumir que cambió este año y que me quedó de eso.
Es difícil entender luego de tan poco tiempo cómo influenció y en que van a deribar los acontecimientos que sucedieron hace menos de 12 meses, me remito a los hechos, a las cosas y a las noticias que fueron significativas este año. 
Me remito también a la gente; a los nuevos y a los viejos, a los que llegaron y a los que se fueron, a los que jodieron y a los que no. A la música y al cine, sobre todo la cinematografía tuvo un año bien decente. A la política, gracias por esa bienvenida tan aparatosa, la oportunidad de trabajar con la convicción de que se pueden hacer las cosas mejor y de que los cambios se llevan por dentro.
Dejen de despedir al 2012 y a saludar al 2013, en vez de eso, traten de entender de que se trataron estos últimos 12 meses y no dejen que pasen en vano, dejen de acumular años como acumulan uvas en su boca cada 31 de diciembre antes del año nuevo.
Eso de que los años comiencen y acaben bien o mal nos lo reservamos a nuestro criterio.